En memoria de Orlando


por Roberto Rado

Siempre miraste arriba, a las montañas.
Como si ellas enamoradas, te llamaran
esperando que al fin la conquistaras
y su cima con amor abrazaras.

Admiré tu esfuerzo y sacrificio
y siempre te tuve como ejemplo.
Porque no se hace cumbre sin esfuerzo
y la cúspide es lugar de los valientes.

Hoy te fuiste a escalar otras alturas
sin tu pesada mochila de alpinista.
Sin sogas que te aten a la piedra
ni grampas que sostengan tu cuerpo.

Te fuiste a escalar donde no hay nubes
que oculten el destino de la cima.
Donde sólo la luz de Su mirada
es la guía que marca tu sendero

Hoy te fuiste más alto que cualquiera
ascendiendo peldaño tras peldaño.
Porque toda tu vida fue un ejemplo
de cómo llegar hasta las alturas.

De cómo te aferraste a La Roca
para avanzar un poco cada día.
Compartiendo el progreso en tu subida
con infinitas alegrías.

Montañero de cielos te has sumado
a los miles que suben cada día
al monte más alto, al más santo
y al que todos alguna vez conquistaremos.

Y mientras tanto caminamos
hacia el lugar en que le adoraremos
junto a miles de millones peregrinos

Anhelamos ser fieles como fuiste, compañero,
y abrazarte un día en el cielo.

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