Ángeles

por Juan Antonio Lozano

En este artículo, quiero resaltar la presencia de ellos. Ya saben de quienes estoy hablando. Los que nos protegen y nos acompañan constantemente sin que se lo pidamos. Vienen de la presencia del Dios altísimo. Son ellos; los que están sin que los veamos. Están con nosotros como si fueran personas visibles. Si, son ellos; los ángeles.

Después de leer un hermoso libro acerca de estos seres santos, me gustaría comenzar tratando de describirlos.

Ellos son seres inmateriales que siempre están presentes. Asisten y sirven a Dios. También los ángeles, en la Biblia hebrea, Biblias cristianas y el Corán, son a menudo representados como mensajeros de Dios. Me pareció relevante poner esta definición,  ya que hay personas que no tienen idea de lo que es un ángel.

Para mí, los ángeles son mensajeros de Dios y mediadores que están presentes en un mundo que está cada vez más confundido y más problemático. La Biblia dice que ellos intervienen en los asuntos de las naciones. Dios a menudo se vale de ellos para ejecutar castigo en esas naciones. En otras palabras, ellos guían, confrontan y sustentan al pueblo de Dios en medio de sufrimientos y persecuciones.

Martín Lutero una vez dijo que un ángel es una criatura espiritual sin cuerpo creada por Dios para el servicio de la cristiandad y la iglesia.

Cabe destacar que el mismo Satanás o Lucifer, como se lo quiera llamar, fue también un ángel; sin embargo fue un ángel caído que fue echado por Dios del paraíso hacia las tinieblas por revelarse y desobedecer a su creador.

Las definiciones de la palabra ángel son infinitas y no es mi intención aburrir al lector. Solo pretendo manifestar que los ángeles son una realidad.

Bueno, quisiera invitarlos a leer el libro de Billy Graham llamado “ángeles”. Ese libro, me motivo e inspiró para escribir este artículo. Les dejo algunas experiencias apasionantes contadas en el libro. Tal vez, también los motive como a mi:

“El Dr. S. W. Mitchell, célebre neurólogo de Filadelfia, se había retirado a su alcoba tras un día excepcionalmente agotador. De pronto lo despertaron unos golpes en la puerta. Al abrir se encontró con una niña pobremente vestida y profundamente turbada. Le dijo que su madre estaba muy enferma y le rogó que la acompañara. Aunque era una gélida y nívea noche de invierno, y aunque se sentía muerto de cansancio, el Dr. Mitchell se vistió y siguió a la niña. Por lo que se sabe, la madre de la niña estaba muy enferma de pulmonía. Después de disponer el cuidado médico de la enferma, le expresó sus elogios por la inteligencia y persistencia de su pequeña hija. La mujer lo miró con extrañeza y exclamó: ¡Mi hija murió hace un mes!. En ese ropero están sus zapatos y su abrigo.

El Dr. Mitchell, estupefacto, se acercó al ropero y abrió la puerta. Allí estaba el abrigo que vestía la niña que lo había ido a buscar para que atendiera a su madre. Estaba tibio y seco y no cabía en la cabeza que hubiera estado afuera en aquella noche invernal”.

¿Acaso un ángel vestido como la hija de aquella mujer había ido en busca del médico en aquella hora crucial?. ¿Sería que los ángeles de Dios habían obrado a favor de aquella enferma?.

A un colportor persa se le acercó un hombre y le preguntó con que derecho vendía Biblias.

Bueno –contesto el colportor-, porque tenemos permiso para venderlas en todo el país.

El hombre lo miró como perplejo y le preguntó: ¿Por qué, entonces, siempre andas rodeado de soldados?. Tres veces he intentado atacarte, pero al ver a los soldados no lo he hecho. Ya no quiero hacerte daño. ¿Eran seres celestiales aquellos soldados?.


¡Ellos si que son geniales!. Debo decir que no son pocos, al contrario, son muchos; legiones y legiones de ángeles que nos cuidan y protegen. La Biblia, en casi trescientos lugares diferentes, nos enseña también que Dios tiene innumerables ángeles bajo su mando. Y más todavía, Dios ha encargado a esos ángeles que ayuden a sus hijos en sus luchas contra Satanás. Yo estoy profundamente convencido de que estos seres celestiales existen y nos proporcionan ayuda invisible.

¡No estas sola ni solo en esta gran lucha!; te lo aseguro. Ellos están, aunque no los veas. No tengas miedo. Los ángeles están aquí para ayudarnos y están preparados para asistirnos en cualquier emergencia.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustó mucho este comentario.

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