Historias de vida


Por David Nacho

Estoy a punto de cumplir 33 años. Vivo en Argentina. Tengo una esposa y una hija. En los últimos meses, la experiencia de ser padres ha atravesado transversalmente todos los aspectos de mi vida. Esto es tan cierto que cuando me pongo a recordar cómo era yo en mis épocas de estudiante soltero, primero en Bolivia y después en Canadá, me invade un pensamiento: ¡era otra persona!

Sin embargo, esa otra persona soy yo. Yo y nadie más. Lo que une al padre y esposo de hoy con el estudiante de años atrás es una historia, una narrativa… mi historia, mi narrativa. El personaje de esta historia, obviamente, soy yo.

Esta narrativa es histórica y ficticia. Cuando digo que es histórica, quiero decir que los eventos que la forman sí pasaron. Cuando digo que es ficticia, no quiero decir que no sea verdad; más bien me refiero a la creativa interpretación que todos le damos a los acontecimiento de nuestras vidas. Para entender nuestra narrativa de vida, no basta con un simple recuento sucesivo de eventos. Muchas veces vemos los eventos de nuestra vida como irónicos, cómicos, trágicos, caóticos, etc. En otras palabras, necesitamos de la imaginación para darle sentido a nuestras vidas.

Para dicha tarea, necesito comparar mi narrativa con las narrativas de otros personajes: mis padres, personajes bíblicos, figuras históricas, etc. Es decir, sólo podemos acceder a nuestra verdadera identidad a través de la interpretación que hacemos sobre los eventos que nos suceden y la comparación que hacemos entre el significado de esos eventos y el significado de los eventos en la vida de otras personas. ¡Cuánta sabiduría hace falta para escoger bien las historias y los símbolos con los que damos significado a nuestra propia historia!

Soy el mismo; soy David. Y sin embargo era otra persona hace 15 o 10 años atrás. Otro pensamiento me invade. La transformación todavía sigue su curso. Mi historia no está completa. Esto quiere decir que tampoco está completa la interpretación de mi historia. ¿Quién hará la interpretación de mi historia y en base a qué? Si se compara mi historia con la de alguien más exitoso, poderoso, afortunado, admirado o querido, tal vez mi historia sea interpretada como algo insignificante. El escenario opuesto también es posible. ¿Cuáles son los símbolos, las narrativas, las ideologías que finalmente le darán significado a mi historia? ¿Serán las de nuestra sociedad de consumo? ¿Las de los medios de comunicación? ¿Las de los movimientos sociales o las de los lobbys?

Cuando decimos que Cristo nos redime, me parece que lo que decimos es que su historia redime nuestras historias personales. La salvación no sólo nos asegura un final feliz (burdamente dicho). La historia de Cristo interpreta y redime nuestra historia. No quiero decir que nuestras historias se vuelven cuentos de hadas, sino que nuestras historias se vuelven verdaderamente humanas y llenas de propósito. Poder entendernos a nosotros tiene mucho que ver con entender nuestras historias, y éstas adquieren su significado más profundo a la luz de la gran historia de Cristo.

Los mineros atrapados rechazan a los profesionales psi



por José Luis Lozano

Un rechazo para tener en cuenta

"No me preguntes más cómo me siento, porque en la carta que leí (...) sentí como si te estuvieses asesorando por ese 'doc', porque él provoca rechazo a todos acá adentro y provoca histeria en todos", se quejó Daniel Herrera Campos, uno de los 33 mineros, en una carta a su familia.

En un artículo anterior, nos referimos a la preocupante influencia que tienen los profesionales psi en nuestra vida cotidiana. Citamos el nuevo libro de Valeria Schapira; (La Argentina ansiolítica, Ed. Sudamericana), quien advierte sobre la enfermiza vinculación entre estos profesionales, la industria farmacéutica, nuestros estados de ánimo y nuestras relaciones familiares.

Hoy fue conocida públicamente, una carta dirigida a su familia, de uno de los 33 mineros que se encuentran atrapados a 700 mts de profundidad en la mina San José de Chile. En la misma se observa el enojo del minero, quien manifiesta además el rechazo de “todos acá adentro” hacia el tratamiento terapéutico de los profesionales psi.

La interna familiar y los asesoramientos psi.

El minero Daniel Herrera Campos, se enojó con su esposa en la carta escribiéndole: “No me preguntes mas como me siento…en la carta que me enviaste sentí como si te estuvieses asesorando por ese 'doc'.
La delicada situación fue confirmada al diario chileno La Tercera por Gricelda Godoy, madre de uno de los trabajadores, que comentó que su hijo dice que "no quiere más psicólogo, y nos dijo que cuando salga va a ir a hablar con el psicólogo (...). A lo mejor los está presionando mucho".

Un conflicto que se intentó ocultar

Según informa hoy Infobae , el conflicto entre los mineros y el profesional psi Alberto Iturra; jefe del equipo de psícologos a cargo de las sesiones de terapia, ya era conocido desde el 9 de septiembre pasado cuando los mineros se negaron a hablar con el doctor e incluso lo amenazaron. Sin embargo sale a la luz hoy, 10 días después, gracias a una carta enviada por un minero a un familiar.
La mediación de una carta de familia, permitió dar a conocer el efecto contraproducente de la influencia de los psicólogos en las terapias a los mineros, hecho que despertó curiosidad y suma preocupación en todo el mundo.
¿Qué habrán percibido aquellos mineros enterrados a 700 mts de profundidad, para rechazar y hasta amenazar al profesional psi que supuestamente pretendía ayudarlos?

¿Profesionales o dioses?

Parafraseando a Juan Stam, podríamos señalar:
“Muy generalizada en nuestros días es la teoría de la sumisión incondicional… produce profesionales dictadores, que pretenden controlar toda la vida de sus pacientes, señalándoles cuando enamorarse, casarse, divorciarse, aceptar un empleo (o dejarlo), comenzar un plan de estudios (o dejarlo), para todo necesita el visto bueno del soberano terapeuta psi.”

Muchos de nosotros hemos vivido diferentes situaciones similares a las ocurridas entre los mineros y los profesionales psi. También muchas veces, hemos manifestado nuestro enojo por la influencia contraproducente en nuestras relaciones familiares y/o matrimoniales. Nos hemos sentido presionados para realizar diferentes “tratamientos terapéuticos”, sin embargo pocas veces nos hemos atrevido a cuestionarlos o a reflexionar sobre los resultados finales de su influencia.
“Cuando salga voy a ir a hablar con ese psicólogo…” le dijo un minero a su madre. ¡¡Qué bueno sería poder presenciar esa charla!!


“Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, donde eras esclavo. No tengas otros dioses aparte de mi”. (Éxodo 20:2-3)

Líbranos de todo tipo de esclavitudes y ayúdanos a vivir de acuerdo a tu voluntad.

Los profesionales psi y nuestra vida cotidiana


por José Luis Lozano

Los profesionales psi., la industria farmacéutica y nosotros

Datos que preocupan

En la Argentina, hay 145 profesionales psi cada 100 mil habitantes, tres veces más que en Chile, en los Estados Unidos y en los países escandinavos. Si se los cuentan amuchados en Capital Federal, las cifras son aún más dementes: hay 8,4 por cada 1.000 porteños, casi la misma proporción que de médicos (10,2 por cada mil).
¿Cuál es la relación entre estos profesionales, los fármacos y nuestra vida cotidiana?

Un país psiquiatrizado

En su nuevo libro (La Argentina ansiolítica, Ed. Sudamericana), Valeria Schapira señala que la incertidumbre económica y social hoy corre para todo el mundo, pero en este país psicologizado y psiquiatrizado encuentra terreno fértil para convertirse en trastorno mental y consumo de fármacos.

Una enfermiza relación

La industria farmacéutica según datos del INDEC, creció el 25 % en la Argentina. En el último año, este crecimiento ha ido de la mano de la venta de medicamentos para el sistema nervioso (ansiolíticos, antidepresivos, hipnóticos, etc.). En el primer trimestre de este año, los laboratorios facturaron 430 millones de pesos en pastillitas para calmarnos, alegrarnos, dormirnos o despertarnos. Lo que mas me asusta es nuestra indiferencia y justificación.

La preocupante relación de estos profesionales con la industria farmacéutica fue objeto de estudio de un grupo de investigadores norteamericanos que publicó sus resultados en la prestigiosa The New England Journal of Medicine. Luego de consultar a más de 3000 profesionales de la salud encontraron que el 94% reconocía tener algún tipo de relación cercana con la industria farmacéutica, y que ese vínculo se plasmaba, básicamente, en que recibían muestras gratis y regalos en su lugar de trabajo. Más de un tercio de los encuestados reconoció recibir algún tipo de compensación por sus recetas, como invitaciones a congresos o cursos de perfeccionamiento. Conducido por Eric G. Campbell y colaboradores, se llamó National Survey of Physician Industry Relationships, y sus resultados se conocieron a partir del año 2007.

Lakoff afirma; "Un punto de especial atención es el de los líderes de opinión. Psiquiatras, psicólogos u otros especialistas que dictan conferencias o exponen en los medios masivos de comunicación sus mensajes, ponderando la eficacia de ciertas moléculas psicofarmacéuticas. Si un líder de opinión recibe beneficios significativos; dinero, viajes, prestigio, por promover determinado producto, ahí estamos frente a un conflicto de ideales. La autonomía y la independencia profesional que conforman la base de la actividad de un médico se desdibujan".

La mercantilización de los estados de ánimo

Mencionamos antes que lo mas preocupante frente a estos datos, es nuestra indiferencia y justificación. No estamos diciendo que las medicaciones controladas y recetadas por los profesionales idóneos sea una mala palabra, solo cuestionamos la dependencia enfermiza que algunos de estos profesionales ejercen sobre los pacientes, logrando que toda su vida prácticamente dependa de la orientación y/o sugerencias del terapeuta.
Es interesante observar como las industrias farmacéuticas han logrado vincular nuestros estados emocionales con los fármacos. Hoy es posible elegir como deseamos estar anímicamente, levantarnos, acostarnos y también porque no mantener confortables relaciones sexuales. Solamente necesitamos tomar la pastilla adecuada. El antropólogo, Angel Martínez Hernáez, profesor de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, se refiere a esta esclavizante relación como “el peligro de la mercantilización de los estados de ánimo".

Líbranos de todo tipo de esclavitudes y ayúdanos a vivir de acuerdo a tu voluntad; libres y confiados en tu amor, porque solo tu eres Dios.

Funcionalidad sin amor


por José Luis Lozano

Reflexiones sobre la misión
Filipenses 2.3-7, 1Juan 3.10, Lucas 17.21
¿Relaciones fraternales o relaciones funcionales?

Cuando leemos las escrituras a la luz de la vida de Jesús, observamos relaciones de amor y vínculos horizontales de justicia, ética y fraternidad. El Reino de Dios esta “entre ustedes” afirmaba Jesús; al lado, no sobre ni debajo, sino entre, acompañando nuestro peregrinaje.

Relaciones enfermizas

Hace varios años atrás, aprendí que Dios a veces permite que sucedan ciertas circunstancias para enseñarnos o mostrarnos algo nuevo.
Recuerdo que en una oportunidad en ausencia del pastor principal de la iglesia, debido a un viaje al exterior, el pastor ayudante de la iglesia, convocó a una reunión de líderes. Siendo sutilmente engañados en cuanto a las intenciones de la misma, el pastor ayudante logró asumir estratégicamente desde aquel momento el liderazgo total de la iglesia.
Un documento escrito y leído por el, con voz firme y autoritaria en esa reunión, con textos bíblicos que intentaban respaldar su posicionamiento, sirvieron para apoderarse totalmente de la iglesia y de otra gran institución hermana de la ciudad.
El auto-proclamado líder, frente al silencio y temor del 99 % de los presentes, inició en aquel día, un nuevo y autoritario modelo de conducción eclesial.

Juan Stam señala:

“Muy generalizada en nuestros días es la teología de la sumisión incondicional, una teología de la autoridad absoluta (del apóstol, profeta, o pastor) que condena y prohíbe toda crítica. Es un autoritarismo a ultranza más cerca a la Curia Romana que al Nuevo Testamento. Produce pastores que son dictadores, que pretenden controlar toda la vida de los creyentes. Para enamorarse, casarse, comenzar un plan de estudios (o dejarlo), aceptar un empleo (o dejarlo), para todo se necesita el visto bueno del soberano pastor (apóstol, profeta)”.

Salí llorando de aquella reunión, junto a dos queridos hermanos que me acompañaron hasta mi hogar.
Años mas tarde logramos comprender, que Dios tenía otros planes para nosotros. Nos mostró que existían otros modos de entender la misión cristiana. No por la fuerza, ni el temor, sino por medio del amor. No por violencia ni por relaciones funcionales enfermizas hacia el líder, sino por medio de relaciones fraternales y solidarias.
No hay dudas que nuestra sociedad postmoderna ha tergiversado los valores y los criterios de medición del éxito y de la ética. Muchas iglesias hoy, se han convertido en grandes hipermercados y sus pastores en grandes y ricos empresarios. ¿Cómo encuadrar allí el modelo de Jesús?

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. (Mateo 7.21)

“Haya, pues, entre vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a si mismo, tomando forma de siervo…” (Filipenses 2. 5-7)

Gracias por enseñarnos que la vida cristiana no consiste en manipulaciones estratégicas, sino en amor, servicio y entrega por el otro.

Mecanismos de manipulación en las iglesias

por Juan Stam

Sociedades Bíblicas de Costa Rica patrocinan cada mes un Foro Bíblico para líderes de las iglesias evangélicas de Costa Rica. Estos foros han sido un gran éxito y están haciendo un aporte muy significativo a la vida teológica y espiritual del país. Para el mes de julio (2010) me pidieron, junto con el historiador y teólogo Juan Carlos Sánchez, analizar el tema delicado y controversial de "Mecanismos de manipulación en las iglesias". Es una realidad que muchos hemos observado pero poco se ha analizado. Por eso me permito resumir algunos aspectos del problema, sin pretender agotar el tema.

En sentido literal, según el Diccionario de la Academia Real, "manipular" significa "operar con las manos o con cualquier instrumento" (¿algo así como "manosear"?). En su significado que nos interesa, se define como "acto de intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares". Esencial al concepto es el irrespeto a la persona, al derecho y la autodeterminación de su víctima. Manipular es jugar con el pensamiento, sentimiento y conducta de otras personas.

Un buen punto de partida puede ser un análisis sicológico del fenómeno de la sugestión. Aquí el sentido de "sugestionar" que nos interesa es el proceso sicológico mediante el cual una persona busca dominar la voluntad de alguien, llevándolo a pensar o actuar de determinada manera (Real Academia; Wikipedia). Según La Guía de Psicología, "la sugestión es un estado psíquico provocado en el cual el individuo experimenta las sensaciones e ideas que le son sugeridas y deja de de experimentar las que se le indica que no sienta."

Las formas extremas de la sugestión son el hipnotismo y el lavado de cerebro. Pero una forma mucho más común, que permea toda nuestra sociedad moderna, es la propaganda, tanto comercial como política, a veces subliminal (inconsciente; "por debajo del umbral de la conciencia"). La foto de un guapo señor bebiendo Imperial, rodeado de bellas mujeres y otros símbolos de éxito, insinúa la ridícula idea de que beber tal cerveza producirá lo mismos resultados en los televidentes. La propaganda nos evoca, con tremenda sutileza, las ganas de comprar cosas que no necesitamos para nada. La propaganda política gasta millones de dólares para hacernos pensar, sin más razones que sus mentiras, que tal candidato o tal proyecto social es lo mejor o lo peor, según el caso. En los 1980s, muchas caricaturas de Daniel Ortega lo representaban con un cigarro grandote, para identificarlo implícitamente con Fidel Castro (aunque Ortega no era fumador y los dos son muy diferentes). La ciencia de la propaganda fue perfecionada por Adolfo Hitler y su ministro de propaganda, Paul Joseph Goebels, para llevar el mundo a la guerra. El mandamiento de Jesús, "Mirad, pues, cómo oís" (Lc 8.18; Mr 4:24), nos impone el deber de estar alerta y no dejarnos engañar por ninguna propaganda.

Cuando uno se despierta a estas realidades, comienza a ver que en las iglesias también hay sugestión, métodos de propaganda y técnicas hipnotizantes. A veces una prolongada repetición rítmica de determinada frase, a gritos o con variaciones de tono, produce su deseado resultado de una histeria colectiva. Creo que cualquier sicóloga, competente en estos temas, lo podría reconocer y analizar. Por otra parte, las maratónicas de TV Enlace son un constante ejemplo de sugestión. ¿Cómo es posible que en cada maratónica, los locutores y predicadores puedan anunciar invariablemente que "hay una tremenda unción aquí, se siente poderosamente la presencia de Dios aquí"? Cabe la sospecha legítima que es más bien sugestión, con miras a crear la impresión de algo misterioso y maravilloso para que la gente envíe sus ofrendas, Queda sumamente vago en qué consiste esa "unción", cómo saben que está presente, y cómo puede ser tan predecible e invariable. Jesús dijo que el Espíritu sopla donde quiere, lo que Lutero parafraseó, "El Espíritu Santo actúa cuando, donde y como él quiere" y no cada vez que nosotros lo decidamos y después producimos por sugestión las sensaciones correspondientes.

Otra forma de manipulación, el chantaje, consiste en emplear promesas o amenazas para someter a las personas. En el sentido más amplio, "el evangelio de las ofertas" y "la teología de la prosperidad", cuando se emplean para provecho personal (que ocurre no infrecuentemente), califican como chantaje o extorsión. Casi siempre estas promesas y amenazas apelan al egoismo, como cuando se "profetiza" un gran futuro de fama y éxito para personas inseguras ("serás el Billy Graham del siglo XXI"). Muy comúnmente estas promesas producen confusión en sus víctimas y les hacen mucho daño.

Muy relacionada con estos chantajes es la intimidación, cuya expresión más grave son las frecuentes maldiciones que se lanzan contra las personas. Estas maldiciones son el colmo, el acabóse, del chantaje: "o te sometes, o te maldigo". Por falsas que sean, estas maldiciones tienen una tremenda fuerza para infundir terror y arruinar la vida de las personas. De esas maldiciones hemos hablado en artículos anteriores: "Apóstoles y profetas que juegan con maldiciones" (26 junio 2009) y "Una iglesia abusiva" (15 de marzo 2010). A veces estos "profetas" convalidan hechizos venidos del espiritismo en la vida anterior de los acusados.

Muy generalizada en nuestros días es la teología de la sumisión incondicional, una teología de la autoridad absoluta (del apóstol, profeta, o pastor) que condena y prohíbe toda crítica. Es un autoritarismo a ultranza más cerca a la Curia Romana que al Nuevo Testamento. Produce pastores que son dictadores, que pretenden controlar toda la vida de los creyentes. Para enamorarse, casarse, comenzar un plan de estudios (o dejarlo), aceptar un empleo (o dejarlo), para todo se necesita el visto bueno del soberano pastor (apóstol, profeta).

El texto áureo para este movimiento autoritario, que ahora aparece por todos lados, es Mateo 7:1, "No juzguéis, para que no seáis juzgados". Otras mantras sagradas son "no toquéis al ungido del Señor" o la murmuración de Miriam y la lepra con que Dios la castigó (ver el artículo del 12 de agosto de 2007 en este blog).

Se olvida que Mateo 7:1 condena la criticonería de los fariseos, que pretendían juzgar a los demás sin ser juzgados ellos, que juzgaban la paja en el ojo ajeno sin reconocer la viga en su propio ojo (7:3-5; cf. Rom 2:1). Lejos de prohibir la crítica sana y responsable, en seguida el pasaje nos llama a guardarnos de los falsos profetas, lobos vestidos de ovejas (7:15) y a conocer a todos por sus frutos (7:16-16-20), no por su palabrería espiritual (7:21-23). Según Juan 7:24 Jesús nos manda "juzgar con justo juicio" (cf. Lc 7.43; cf. 12:57); a los corintios, San Pablo les exhortó "juzgad vosotros mismos" (10:15; 11:13) y les avisa que "el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie" (ni de "apóstoles" ni de "profetas"; 1Cor 2:15; cf. 1 Jn 2:27)

Con su supresión anti-bíblica de la sana crítica, estos líderes se aseguran un espacio casi ilimitado para la manipulación de sus feligreses. Y es curioso, estos líderes (profetas, "apóstoles"), igual que los fariseos, se atribuyen la más amplia libertad para criticar a otros, sin que otros los puedan criticar a ellos.

Nuestra sociedad actual, en su tránsito de la modernidad a la postmodernidad, vive una profunda crisis de la autoridad. Se reconoce cada vez menos la autoridad extrínseca, por el puesto o el título que uno ostenta. En el futuro, los líderes tendrán que ganar cada vez más una autoridad intrínseca, por lo que realmente son, lo que piensan y lo que hacen.

Pensar con cabeza propia es a veces arriesgado e incómodo, y en la confusión de los cambios rápidos de nuestra época muchas personas buscan la seguridad en autoridades que pensarán por ellos. Pero eso no es sano y no es la voluntad del Señor. El autoritarismo no tiene futuro.

Una expresión especial de este autoritarismo manipulador es la supuesta autoridad incuestionable de los "profetas". Casi siempre, estos "profetas" comunican una actitud autoritaria, que su profecía es de origen divino y sería pecado cuestionarla. A menudo la expresión de su cara dice, "Yo soy profeta, que no me cuestione nadie". Pero lo bíblico es todo lo contrario: todos ustedes tienen el Espíritu, juzguemos e interpretemos todos juntos esta palabra que he recibido (1Tes 5:20-21; 1Cor 14:29). Se repite muy livianamente la fórmula "en el nombre del Señor", como si el Señor estuviera a la orden y disposición incondicional de estas personas.

Recuerdo un artículo en Apuntes Pastorales, en que el hermano Pablo Finkenbinder calculó que más o menos 95% de las profecías en las iglesias le parecían de origen humano y no revelación divina. He conocido casos en que ese origen humano era de prejuicios, resentimientos o intereses propios. La profecía auténtica, como palabra viva del Señor para la iglesia y las naciones, es un don precioso, muy importante y necesario para hoy, pero jamás debe pervertirse para manipular a la gente.

Algunos ejemplos más: Cuando reconocemos nuestra responsabilidad como pueblo de Dios y comenzamos a analizar lo que está pasando en la iglesia, descubrimos muchos ejemplos de manipulación, algunos inconscientes o por costumbre pero otros con clara intención de engañar. Un problema, mayormente sin intención de manipular, es el abuso del Amén, tan extendido en casi todas las iglesias. Cuando se pregunta, "¿Cuántos dicen Amén", se está presionando a la gente a expresar su acuerdo con lo dicho, reduciendo su posibilidad de discrepar o aun de asentir espontáneamente. Es una táctica para inducir asentimiento artificialmente. Hoy día "la cultura del Amén" está haciendo mucho daño a la iglesia. A veces uno ve en las congregaciones personas que dicen su "Amén" antes de que el predicador haya terminado la frase que está pronunciando, para poder saber qué es lo que están afirmando con su Amén.

"Amén" es un signo de exclamación, y nunca debe ser una pregunta con signo de interrogación.

Igualmente cuestionable es la costumbre de decir, "Repita después de mí" o "Diga a la persona que está a su lado" tal o cual cosa. Es tratar al público como a tontos, incapaces de pensar con cabeza propia. A veces llega hasta lo ridículo. Una vez oí a un predicador decir "Wow" y después "Repitan todos conmigo, Wow".

En la misma categoría pondría "Den un buen aplauso para el Señor". Si vamos a aplaudir, o vamos a decir "Amén", debe nacer espontáneamente de nuestros corazones, no por manipulación ni por costumbre ciega.

Muchas veces hoy día se emplea musica de trasfondo durante el sermón o la invitación final para crear un ambiente o un "mood". Es manipulación. La respuesta debe nacer del poder de la palabra misma y del Espíritu Santo, no del talento del tecladista.

Mucho se manipulan a la gente durante la invitación evangelística. Cantar "Tal como soy" 35 veces es sugestión y manipulación. Hace muchos años escuché a un famoso evangelista decir, "Levante su mano, nadie te está mirando, no le voy a pedir nada más", para decir después, "Ahora no yo sino el Espíritu Santo le pide a usted pasar adelante al altar". Personalmente creo inconveniente ofrecer cosas, como por ejemplo un libro, a todos los que pasen adelante. Es excelente dárselo, pero malo anunciarlo porque muchos pasarán adelante sólo para recibir el libro.

Como ejemplo final podemos mencionar la manipulación de las escrituras para que digan lo que queremos o lo que ayude más a nuestro sermón. A veces buscamos la traducción más bonita, o más de acuerdo con nuestro concepto, en vez de la más fiel. La meta principal de todo sermón, sea doctrinal o evangelístico, no es primordialmente impactar a los oyentes sino ser fiel y hacer escuchar la Palabra de Dios. En ese sentido, Bernard Ramm ha escrito, "el ministro debe tratar su texto exegéticamente antes de tratarlo homiléticamente" (Hermenéutica, T.E.L.L. 1976). Utilizar las escrituras en servicio del éxito personal u otros intereses es manipular el texto sagrado.

Conclusión:
Frente a sus rivales y detractores en Corinto, que desconocían su apostolado y preferían la elocuente retórica de Apolos (1Cor 1:12; 3:4-6; 4:6; Hch 18:24-19:1), Pablo no responde desde una posición de poder sino de una impresionante sinceridad y vulnerabilidad:

Cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría... Estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios. (1Cor 2:1-5)

Estas palabras, que llegan hasta la motivación más profunda del apóstol, revelan dos cualidades que deben caracterizar a todo siervo y sierva de Dios: la humildad y la integridad. Ese carácter, y esas actitudes, jamás permitirían una vida de manipulación. Gracias a Dios, ha habido y hay muchos miles de personas cuyas vidas y ministerios son auténticos y fieles. Aun en alguien tan famoso y "exitoso" como Billy Graham, y con todos sus defectos y errores, encontramos esa humildad básica y una profunda integridad.

Con tristeza tenemos que reconocer que los valores del mundo de hoy se han infiltrado en la iglesia, tanto de los predicadores y líderes como de los creyentes en las bancas. Entre los famosos predicadores en sus megaiglesias y sus programas de televisión, con todo su éxito, es mucho más difícil encontrar esos grandes valores espirituales de los gigantes del pasado. Aunque gracias a Dios hay excepciones muy notables, muchos (diría que la mayoría) de estas personalidades públicas parecen soberbias, con la arrogancia que les otorga su "éxito". Muchos también dan la impresión de estar jugando algún papel, más como actores de teatro que como siervos del Señor de señores.

¡Cómo quisiera estar equivocado en este análisis tan poco halagador! De todas maneras, la iglesia de hoy necesita mucha oración.

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