Por María Lozano
Caminar la vida nunca es gastar zapatos,
hay grandes condimentos que se deben tener.
Caminar la vida requiere de osadías
para recorrerla por donde pueda ser.
Bañarla de una pizca de locura incipiente
que le haga frente al viento si te intenta vencer.
Se debe tener fuerza para abrazar los sueños
y no soltarlos nunca hasta verlos nacer.
Requiere de sonrisas, de lágrimas vertidas,
y expresar lo que salga cuando lo sientas ser.
Si estás junto a la vida bendícela de frente,
y con la patineta anímale a tus pies
a subirse y andarla recorriendo paisajes
cual plegaria que se reza cada día a la vez.