“Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros, en nombre de Cristo les rogamos: ¡Reconcíliense con Dios!” 2 Corintios 5,20 (NBL)
Sencillamente se describe como un hijo de Dios, seguidor de Jesús. Alto, blanco, cabellos castaños, mirada serena, con un característico bigote bien tallado, de presencia impecable. Es puntual como esos lores ingleses, aún cuando su acento delata su origen caleño. Sus aires británicos desaparecen como la bruma cuando lo colombiano, lo latino, le sale a flor de piel; su calidez, carisma y deferencia lo delatan. Uno respira más tranquilo, es uno de los nuestros.