Carta abierta a Harold Segura

por Rene Padilla
Respuesta a la carta abierta de Harold Segura
“Cavilaciones públicas ante mis maestros”

Confieso que no deja de sorprenderme que, en vista de los largos años de la amistad que te une tanto a mi como a Samuel Escobar, Juan Stam, Valdir Steuernagel, Tito Paredes y Pedro Arana, hayas elegido escribirnos una carta abierta sobre un tema escabroso como el que enfocas en ella. Tildo de “escabroso” a este tema porque tiene que ver con la “mentalidad conservadora y pensamiento político reaccionario” de un importante sector del pueblo evangélico. De este pueblo al cual amamos, con el cual nos identificamos y al cual queremos servir pastoralmente, a pesar de las duras críticas que nos hace porque no compartimos el conservadurismo político que tanto afecta su comprensión de la misión profética de la iglesia. ¿No hubiera sido mejor invitarnos a dialogar sobre este tema, con miras a encontrar maneras más efectivas de romper la barrera que nos separa de ese sector dominado por “púlpitos amenazantes, sermones manipuladores y predicadores con elocuentes intenciones políticas”?

Cavilaciones públicas ante mis maestros


por Harold Segura

Carta abierta a René Padilla, Samuel Escobar, Juan Stam, Valdir Steuernagel, Tito Paredes y Pedro Arana. Fraternidad Teológica Latinoamericana.






Queridos René, Samuel, Juan, Valdir, Tito y Pedro.

Estoy preocupado. A lo mejor ya conocen mis motivos. Sí, es por mis hermanos y hermanas de las iglesias evangélicas en América Latina. ¿Ya supieron lo que pasó en Colombia? La mayoría votó en contra del plebiscito del pasado 2 de octubre porque, según ellos, de esa manera defenderían a la familia tradicional, detendrían las huestes ateas del comunismo castro-chavista e impedirían la impunidad en los acuerdos entre el gobierno y las FARC-EP. Así es, mis amigos. A las iglesias les importó más la defensa del modelo de familia y otros temas atenientes a su presencia pública y política que la salida negociada a un conflicto que nos ha costado 8 millones 100 mil víctimas, 225 mil homicidios, 87 desaparecidos y más de 7 millones de desplazados. Lo hicieron con corazón sincero. Ustedes y yo somos pastores y conocemos lo que motiva a nuestra gente más sencilla. No juzgo su sencillez espiritual, sino su inocencia política. 

Esta Colombia inexplicable que me llena de tristeza


Por Harold Segura (Octubre 2 de 2016)

6.431.376 colombianos y colombianas dijeron NO al plebiscito que preguntaba por el apoyo al acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de la paz en mi país. El NO ganó por una diferencia de 53.894 votos (habiéndose escrutado el 99.98% de mesas): 50.21% a favor del NO, contra 49.78% a favor del SI.

No estoy dentro de los votantes que dijeron NO. Yo creí que el acuerdo logrado entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC, aunque imperfecto, contenía los arreglos necesarios para que terminara el conflicto armado y soñáramos desde ya con la posibilidad de terminar esta guerra que nos ha carcomido por 52 años; una guerra que ha dejado a su paso una estela de 7.620.114 víctimas (según el Registro único de Víctimas), 6.414.700 personas desplazadas de su lugar de origen por la violencia, más de 218.000 víctimas fatales y 21.000 personas secuestradas.

Las Prácticas Restaurativas en Jesús de Nazareth

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