Cultivar comunidad

por José Luis Lozano
En un encuentro realizado en Buenos Aires, Ricardo Barbosa de Sousa, presentó un muy hermoso libro cuyo titulo es “Cuida tu corazón[1]”, tomado de Proverbios 4:23...
Este libro hoy forma parte de “mis libros clásicos de la mesa de luz". La gentil recomendación de José Nuñez; sugiriéndome conseguirlo y leerlo, me llevan hoy a “imitar” su amable gesto.
En el capítulo 4, el autor habla sobre la necesidad de “redescubrir al Padre”, y debo confesar que en estos tiempos tan especiales en lo personal, he decidido retomar ese proceso.

La religión de Jesús

Harold Segura C.- Costa Rica

Jesús no fue un Maestro común y corriente que, como muchos, enseñara sin causar reacciones adversas por parte de sus oyentes. Jesús no fue así. Jesús dijo cosas que incomodaron a los religiosos de su tiempo, que enardecieron a los políticos y que causaron ira en sus demás enemigos. Su muerte en la cruz fue causada por quienes no soportaron más sus «irreverencias» y decidieron acallar su voz… ¡cómo si muriendo no hablara más claro y más fuerte!

Es entendible que desatara tanta furia cuando enseñaba en contra de las tradiciones religiosas y de los dogmas que los sacerdotes de su época habían acomodado para su propio bienestar. Eso se entiende. Lo incomprensible es que sus enemigos también reaccionarán cuando sanó a algunas personas. ¿Cómo se puede estar en contra de que un paralitico se levante o un ciego vea? Pero eso fue lo que sucedió.

Juan 9:1-42 narra la historia de un joven que era ciego y fue sanado por Jesús. Dice el evangelio que los religiosos de su época reaccionaron en contra de Jesús porque lo había sanado un sábado. ¡No puedo creer que gente tan experta en la ley del Antiguo Testamento respondieran de esa manera! Dijeron: «Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no respeta el sábado» (9:16). Para ellos era más importante respetar la institucionalidad religiosa que devolverle la vista a un ciego. Es decir, primero las normas, después el ser humano; la religón antes que la vida.

El texto del evangelio de Juan deja al descubierto lo absurda que puede llegar a ser una religión cuando olvida que el amor a Dios se expresa por medio del amor al prójimo. Para Jesús la vida plena estuvo siempre primero que las instituciones religiosas. Para él no había mejor manera de dar gloria al Padre que devolviéndole la vida a los que no la tenían (10:10). Que los cojos caminen, que los muertos resuciten, que los ciegos vean, que las viudas tengan consuelo, que los pecadores reciban perdón y que los niños y las niñas gocen de cariño; esta fue la religión de Jesús.

Iglesias, conductas autoritarias y golpes de estado

por José Luis Lozano
Primero eliminaremos a los subversivos; después a sus cómplices; luego a sus simpatizantes; por último, a los indiferentes y a los tibios.1
El domingo 28 de junio pasado... en Honduras, su presidente Manuel Zelaya, fue secuestrado y llevado violentamente por un grupo de militares a Costa Rica
y el embajador hondureño ante la OEA Carlos Sosa Coello, dijo claramente que el presidente de su país Manuel Zelaya “ha sido secuestrado” y que en su país “hay un golpe de Estado”.
Diferentes medios de comunicación se hicieron eco de la impactante noticia y fueron reflejando minuto a minuto todo lo que acontecía.
Se fueron conociendo declaraciones de presidentes de países vecinos, de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE) condenando todos severamente el Golpe de estado en Honduras y pidiendo la colaboración del mundo contra ésta crisis política.
LLamó poderosamente la atención, la rápidez, organización y uniformidad de las decisiones tomadas un día domingo, por el Congreso Nacional Hondureño, destituyendo a su presidente Manuel Zelaya (en su ausencia) y nombrando inmediatamente a Roberto Micheletti como nuevo presidente de la Nación.
En varias oportunidades, los congresistas invocaron el nombre de Dios, mencionaron el respaldo de 90 % de la población y de organizaciones civiles y religiosas, y oraron al finalizar la asamblea como símbolo de legitimación y respaldo a las acciones emprendidas.
En el contenido de las exposiciones de los congresistas, no existió ninguna apelación a la reflexión, ni al diálogo y mucho menos a la posibilidad de considerar la violenta metodología utilizada por los militares, secuestrando y sancando del país a una autoridad elegida democráticamente.
Lamentablemente, vuelven a reiterarse conductas autoritarias ya vividas por el pueblo hondureño y que no deberían desconocerse. Los antecedentes históricos hondureños, nos hablan de regímenes militares que se han mantenido 18 años en el gobierno entre 1956 y 1982 luego de derrocar a tres presidentes elegidos democráticamente.
Esta dolorosa realidad histórica hondureña, es solo un reflejo de nuestra historia latinoamericana, llena de paradojas políticas, sociales y también religiosas. Historia que nos “descubre” orando y legitimando a dirigentes y a modelos violentos, quebrando la voluntad popular democrática y ofreciendo aún “todo tipo de colaboración” hacia gobiernos autoritarios y guerras patrióticas.

“Que el Señor nos ayude a vivir con sabiduría”

1. María Seoane y Vicente Muleiro, El Dictador, La historia secreta y pública de Jorge Rafael Videla, Buenos Aires, Ed. Sudamericana, 2001, p.297

Honduras: tierra desgarrada golpe a golpe

por Adolfo Pérez Esquivel

El gobierno de facto en Honduras, busca justificar lo injustificable al detener y expulsar del país al Presidente Manuel Zelaya. Vuelvo a insistir en que, no podrían dar el golpe de Estado sin el consentimiento del Pentágono y la CIA, que actúan más allá del Presidente Barack Obama. Acabo de recibir noticias desde Honduras de periodistas y dirigentes sociales que han logrado ocultarse para evitar la represión y poder continuar informando sobre lo que ocurre en el país. Los dictadores han impuesto la censura a todos los medios y han secuestrado equipos y apresado a periodistas; continúan los allanamientos por fuerzas armadas, en viviendas y lugares considerados opositores violando los derechos humanos.
El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza no obtuvo los resultados esperados en su viaje a Tegucigalpa y han aplicado sanciones a Honduras.
Los dictadores no quisieron escuchar la voz de los presidentes que reclaman la restitución en el gobierno del presidente Manuel Zelaya; por el contrario, han endurecido su posición amenazando ponerlo preso si regresa al país. Han desatado una fuerte represión contra las marchas en apoyo al regreso del Presidente, provocando cientos de heridos y detenidos. El gobierno de facto es responsable por la vida y seguridad y de lo que pueda ocurrir al Presidente Zelaya y a la población.
Se agudiza la preocupación cuando vemos que el Presidente Obama, asumió posiciones débiles para defender la democracia en Honduras, mientras los mandatarios latinoamericanos en la OEA, pedían que se exprese en defensa de la democracia y contra el golpe militar.
Los hechos demuestran que una cosa es decir y otra hacer, negándose Obama a recibir al Presidente hondureño Manuel Zelaya
Es un hecho negativo y preocupante que pone en evidencia la complicidad del gobierno de los EE.UU. en el golpe de Estado, que debemos considerar una experiencia piloto de imponer nuevamente gobiernos antidemocráticos, lo cual provoca un grave y peligroso antecedente para todo el continente latinoamericano. Debemos recordar los intentos de golpes de Estado en Venezuela, Bolivia y Haití, como el conflicto de baja intensidad con el ataque de Colombia y EE.UU. contra Ecuador.
El interrogante que surge, es si Obama, estaba o no enterado del golpe militar en Honduras, país que tiene una larga y dolorosa historia de dominación norteamericana, basta recordar al “virrey” John Negroponte, embajador de los Estados Unidos en Honduras y su activo rol en demoler gobiernos y apoyar a la contrainsurgencia contra la Revolución Sandinista, en Nicaragua, El Salvador y Guatemala y en la preparación, financiamiento y penetración de los Contra y grupos paramilitares y policiales en la región, como la instalación de bases norteamericanas en territorio hondureño.
La herencia recibida por Obama del gobierno que le precedió es pesada y llena de dificultades, como las guerras en Irak y Afganistán, donde lo único que ha dejado la invasión a esos países es hambre, destrucción y muerte. Pérdidas cuantiosas, destrucción de la capacidad económica y cultural, y el saqueo de los recursos naturales y bienes de esos países son el resultado de la impunidad jurídica de las fuerzas armadas de EE.UU., responsables de crímenes de lesa humanidad.
El gobierno de Obama no pudo, hasta la fecha, avanzar en sus intenciones y promesas electorales de erradicar la práctica de la tortura y la degradación humana en las cárceles en Abu Graib, en Irak y en Guantánamo, Cuba y cerrarlas definitivamente.
Es evidente que no tiene capacidad de revertir las políticas implantadas por el gobierno de George Bush, y de otros gobiernos que le precedieron, ni la posibilidad de cerrar esas cárceles que son una ofensa a la humanidad.
Los escenarios han cambiado en el continente. Los gobiernos latinoamericanos en la OEA asumen su responsabilidad de fortalecer los procesos democráticos. Es necesario respaldar a los mandatarios que han decidido acompañar a Zelaya a Honduras y reclamar sus derechos.
Las Naciones Unidas y la comunidad internacional han repudiado el golpe de Estado en Honduras y reclamado el regreso de Zelaya. Es necesario que las organizaciones sociales, sindicatos, iglesias, movimientos estudiantiles e intelectuales, medios de comunicación y redes sociales e informativas, se sumen solidariamente para impedir la instauración en Honduras o en cualquier otro país de dictaduras militares.
Lo que ocurre hoy en Honduras nos afecta a todos y todas. Es necesario redoblar los esfuerzo y reclamar a organismos financieros como el BM- FMI-el BID y la Unión Europea, bloquear toda ayuda a la dictadura hondureña, hasta la reposición en su cargo del presidente Zelaya.
Los golpistas deben ser llevados ante la justicia, tanto civiles como militares, empresarios y religiosos que son cómplices y han avalado el golpe militar
El presidente Obama tiene aún muchas asignaturas pendientes con los pueblos. Sabemos de las dificultades que tiene para lograr cambios en la política de los EE.UU. Si no los asume con coraje y decisión, terminará actuando como aquellos a quienes ha criticado y han llevado a la grave situación que hoy vive ese país, y al daño provocado a otros pueblos en el mundo. En la situación hondureña se pondrá en evidencia si está dispuesto defender la democracia y a asumir los cambios prometidos o si todo fueron palabras vacías de contenido.
La iglesia católica debe pronunciarse con claridad y no con actitudes de doble sentido, como lo expresado en nombre de la Conferencia Episcopal Hondureña, por el Obispo Auxiliar y vocero de Tegucigalpa Mons. Pineda, que recomienda que Zelaya no viaje a Honduras y las evasivas sobre lo que se debe hacer frente al golpe de Estado. El doble discurso y la falta de coraje esta presente en la jerarquía eclesiástica.
Jesús siempre tuvo posiciones claras y concretas frente a las injusticias. Los obispos debieran aprender del Maestro.
La tierra atormentada de Honduras reclama la solidaridad de los pueblos de América Latina y el mundo. Es necesario resistir en la esperanza.
Buenos Aires, 5 de julio del 2009
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Las Prácticas Restaurativas en Jesús de Nazareth

  En los 4 evangelios, encontramos a Jesús restaurando personas y relaciones. Tanto sus acciones como sus enseñanzas nos muestran algunas cl...