Sobre la Navidad - encarnación (San Juan Crisóstomo)

(Nuestro agradecimiento a Luis y Graciela Pérez, por facilitarnos este material).

Cuando oigan hablar del nacimiento de Jesús, no piensen que es algo pequeño y sin valor. Al contrario, levanten sus almas; estremézcanse y llénense de esperanza cuando oigan decir que Dios ha venido a la tierra.
Este hecho es tan sorprendente y maravilloso que hasta los mismos ángeles formaron coros e hicieron resonar un himno de gloria. Y los profetas de la antigüedad se admiraron de que Dios pudiese ser visto sobre la tierra y conversara con los hombres.
Y la verdad es que, desde todo punto de vista, no hay nada más maravilloso que un Dios inefable, que no se puede explicar con nuestras palabras humanas, ni terminar de comprender con la lógica de nuestra mente; un Dios que, siendo igual al Padre, el creador de todas las cosas, se haya dignado pasar por el vientre de una mujer, nacer como un bebé, tener una familia y una historia, teniendo como antepasados a David y Abraham. ¿Y por qué digo a David y Abraham? Porque éstas eran personas famosas y respetables. Pero lo más asombroso es que entre sus antepasados se encontraban también mujeres y hombres indignos y de mala reputación.
Por eso cuando oigan que Jesús nació: ¡Levántense! No tengan humildes pensamientos, sino maravíllense de que Él, siendo hijo de Dios, del eterno y todopoderoso Dios, se dignó también ser llamado Hijo del Hombre, para hacernos a nosotros los hombres, Hijos de Dios.
Él, siendo hijo del Dios eterno, se dignó tener un padre humano, para darnos a nosotros, los que éramos verdaderamente esclavos de esta vida humana, al Señor como Padre.
Pensándolo humanamente, es más fácil que Dios se haga un ser humano, como nosotros, que no que el hombre sea llamado hijo de Dios.
Entonces cuando escuches que el Hijo de Dios se metió en la historia, se hizo hombre y se le llamó hijo de David y de Abraham, sus antepasados.
¡No dudes! Porque tú eres humano, también puedes ser llamado hijo de Dios. Él no se humilló sin motivos. Se humilló de esa forma y hasta tal extremo, porque sencillamente quería exaltarnos a nosotros.
Él nació según la carne para que nosotros pudiéramos nacer según el Espíritu. Él nació de una mujer, de un ser humano, para que nosotros dejemos de ser simplemente hijos de mujer. Lo que hizo Cristo es grandioso y maravilloso, enlazó la naturaleza divina con la humana; lo suyo con lo nuestro.
Jesús, en efecto, es un nombre hebreo que significa salvador. Y Jesús es salvador porque vino a salvar a la humanidad.
San Juan Crisóstomo o de Antioquia (347–407) fue patriarca de Constantinopla. Fue un excelso predicador que por sus discursos públicos y por su denuncia de los abusos de las autoridades imperiales y de la vida licenciosa del clero recibió el sobrenombre de “Crisóstomo” que proviene del griego chrysóstomos (χρυσόστομος) y significa ‘boca de oro’ (chrysós, ‘oro’, stomos, ‘boca’) (Fuente: Wikipedia)

Las posesiones y dineros de las iglesias, patrimonio de los pobres

Ignacio Simal, España
El principio de las cuatro partes
Estamos finalizando 2009. Las iglesias e instituciones cristianas ya llevan tiempo trabajando en la tarea de preparar sus presupuestos. Es, pues, un buen momento para hablar de dinero.

Algunos, espero que los menos, pensarán al leer el título de mi columna que ha salido de un teólogo de la liberación o de un pertinaz izquierdista. Nada más lejos de la realidad. Fue Calvino, el reformador de origen francés, que en su deseo de regresar a las fuentes del cristianismo escribió: “Los obispos antiguos han formulado muchos cánones y reglas con los cuales les parecía que exponían las cosas más por extenso de lo que están en la Escritura, sin embargo acomodaron toda su disciplina a la regla de la Palabra de Dios, de tal modo que se puede ver fácilmente que no ordenaron nada contrario a aquella” (IRC, IV, capítulo IV, 1). De ahí que dijera, en concordancia con esos cánones, “que todo cuanto la Iglesia tenía en posesiones, o en dinero, era patrimonio de los pobres” (IRC, IV, IV,6).
Nuestro reformador recupera para nosotros, cristianos del siglo XXI, la forma en que “los antiguos” diseñaban las líneas generales de su presupuesto económico. Reconocían la necesidad de sostener a sus pastores, de mantener sus “templos”, pero sobre todo tenían la convicción de que el centro de todo su presupuesto debía tener unos protagonistas principales: los pobres y los extranjeros.

Escribe Calvino que en la antigüedad se distribuía “la renta de la Iglesia en cuatro partes: la primera para los ministros; la segunda, para los pobres; la tercera, para reparación de las iglesias y cosas similares; y la cuarta para los extranjeros y pobres accidentales”. Cualquier lector, o lectora, adivinará que el 50% de las posesiones y los dineros de la Iglesia iban destinadas íntegramente a los desposeídos y necesitados. ¿Alguien imagina una iglesia que destine el 50% de su presupuesto a combatir la pobreza “ad intra” y “ad extra”..?

Ignacio Simal, España
Y ahí está el meollo de la cuestión. No conozco iglesias, ni instituciones -esas que denominamos, infelizmente, “para-eclesiales”, que destinen la mitad de su presupuesto a proyectos que logren que los pobres y excluidos dejen de serlo.

Tal vez, en el inicio del calendario cristiano (tiempo de adviento), las iglesias, y sus instituciones, deben comenzar a caminar por senderos nuevos, distintos a los acostumbrados. Senderos que hablen, en voz más que alta, de solidaridad y compromiso con la realidad de la pobreza y la exclusión social.

¿Qué sucedería si el 50% de nuestros presupuestos fueran destinados a luchar contra la pobreza..? Posiblemente, y ante la respuesta a esa pregunta, comprobaremos que el patrimonio de los pobres, al contrario de lo que nos sugiere Calvino, son las migajas que caen de la mesa de nuestras iglesias. Ellos son actores secundarios en nuestros presupuestos eclesiales. ¡Lástima!

"Te pondrá Jehová por cabeza y no por cola" (pero hacen falta también las colas)

Juan Stam, Costa Rica
En nuestra finquita tenemos cinco perros, todos con cola, ¡a Dios gracias! Con sus colas ellos nos expresan su alegría y su amor. Para los perros, la cola es como una segunda lengua para expresarse.
No soy biólogo ni tengo la menor idea de la función del rabo en los animales, pero no quiero que nadie me los quite. ¿Quién puede imaginar un mundo en que ningún animal tenga cola? ¡Que nuestro buen Dios no lo permita! ¿Cómo nos hablarían nuestros perros si no tuvieran cola? Y aun peor, ¿cómo sería si los animales fuesen toda cabeza, sin más cuerpo que eso?
Por supuesto, los humanos no llevamos cola; nuestro texto es una analogía del mundo animal. Una versión antropomórfica del texto podría ser, "Te pondré Jehová por cabeza y no por dedo gordo del pie izquierdo". Y de nuevo el problema. ¿Cómo sería una sociedad, o una iglesia, en qué todos son cabeza y no existen los demás órganos y miembros, incluso el dedo gordo del pie izquierdo? ¿Podría ser eso la voluntad de Dios?
El texto arriba citado, tomado fuera de contexto por los predicadores de la prosperidad, parece ser la cita de un dicho popular. El pasaje aparece al final de la lista de condiciones y bendiciones del pacto (Dt. 28:1-14), antes de expresar, con mucho más detalle, las consecuencias de la desobediencia (28:15-68). El versículo entero reza: "Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová" (Dt 28.13).
Uno de los vicios de nuestra mentalidad moderna es nuestro individualismo egocéntrico, que ve la sociedad sólo como un conglomerado matemático de individuos atómicamente aislados. Ese individualismo es un fenómeno moderno relativamente reciente. En el pensamiento bíblico no se concebía al individuo fuera de la comunidad, ni una comunidad despersonalizada y despersonalizadora. Por eso todo este texto se dirige al pueblo como pueblo (Dt. 27:11), y lo individual (partos, lactancia, cosechas, etc) aparece como aspectos de la vida comunitaria, en una relación integral de persona y comunidad.
En el contexto de este versículo, es obvio que se refiere a la nación, personificada como un "tú", y no a individuos puestos encima de otros individuos. La frase anterior, "prestarás a muchas naciones y tú no pedirás prestado" (28:12), en el contexto antiguo no se refiere a las finanzas personales sino a la economía nacional: serás una nación acreedora y no deudora. (Las mismas frases en 28:43-44 se aplican específicamente al extranjero). En el mismo sentido, en el terreno internacional Israel será como cabeza, arriba y no abajo. Lo mismo se aplica a la promesa en 28:7, que Dios derrotará a los enemigos de su pueblo, texto que no debe aplicarse a los enemigos personales, como hacen algunos predicadores. Por eso dice el pasaje, "te confirmará Jehová por pueblo santo suyo" (v.9) y "verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán" (v.10).
Si este versículo se aplicara a individuos y no a Israel como nación, produciría un escenario realmente ridículo, en que todos son cabezas (o si no son cabeza, es por su pecado o falta de fe). Un ejército de puros comandantes sin soldados rasos; un pueblo de puros caciques sin indios, como dice el refrán. La verdad es que en la iglesia sobran "cabezas" y hacen falta más y mejores "colas".
Con la interpretación individualista de este texto salen otras preguntas: ¿cabeza de qué? Aquí cabe el refrán "mejor cabeza de ratón que cola de león", pero también, mejor ser una buena cola que una mala cabeza (como las hay tantas). Y también, si voy a estar encima, entonces ¿encima de quién? Hace poco un predicador puso a todos a repetir juntos, "Fui hecho para estar arriba". ¡Cómo los valores paganos de nuestra sociedad infiltran a la iglesia! ¡La competencia es la ley de la vida! Si estoy yo arriba, no importa que otros tengan que estar abajo. ¿Es eso la voluntad de Dios para ellos?
Esta promesa, que en su época se dirigía al pueblo teocrático de Israel, tampoco debe aplicarse hoy a ninguna nación moderna. Hace poco escuché por radio una canción que decía, "Bendice a Costa Rica y sus siete provincias, bendice a sus pescadores y agricultores, porque Dios te ha escogido... Oye las promesas que Dios te ha hecho, te pondré encima de todas las naciones". ¡Costa Rica es el nuevo Israel, el pueblo escogido de Dios! ¿Y qué de Nicaragua y las demás naciones? Ya la historia ha demostrado los resultados funestos de naciones mesiánicas que creen tener un destino manifiesto de salvar al mundo.
Un último comentario sobre Deut 28:13. Esta promesa, como muestra el versículo siguiente, traía una condición crucial: no "ir tras dioses ajenos y servirlos" (28:14). La promesa es premio por la fidelidad al único Dios y el rechazo de toda tentación idólatra. Por eso dijo Jesús, "No podéis servir a Dios y a las riquezas" (Mt 6:24; Lc 16:13) y San Pablo condenó "la avaricia, la cual es idolatría" (Col 3:5). Estos predicadores, en vez de estar fomentando la avaricia, deben de amonestar al pueblo contra las muchas idolatrías de nuestra sociedad contemporánea.
La mala interpretación con que estos predicadores manipulan un texto fuera de contexto va contra la enseñanza central de la Biblia, especialmente la de Jesús. El modelo social del pueblo hebreo, como muestra el año sabático y el Jubileo, era la igualdad (ver tres artículos anteriores, 11.18.08, 4.6.08; cf. 8.5.09). En el reino de Dios, todos somos reyes; nadie más rey que otro, nadie menos rey. Jesús mismo vino como un siervo (Lc 22:25-27; Jn 13), no para estar encima de nadie. Por eso dijo Jesús que los primeros serán postreros y los postreros primeros (Mt 19:30; 20:16; Mr 10:31; Lc 13.30). Según Jesús, a quien acepta ser cola, Dios lo tendrá por cabeza. ¡Cuanto más pequeño, tanto más grande! Para ser cabeza, hay que ser siervo de todos.
Un texto de San Pablo aplica una analogía fisiológica muy parecida al adagio de Deut 28:13, pero con un enfoque muy distinto:
Además, el cuerpo no es un solo miembro sino muchos.
Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?
Y si dijera la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?
Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído?
Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?
Más Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso...
Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito,
ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.
Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios;
y a aquellos que nos parecen menos dignos,
a éstos vestimos más dignamente;
y los que en nosotros son menos decorosos,
se tratan con más decoro.
Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad;
pero Dios ordenó el cuerpo, dándole más honor al que le faltaba... (1 Cor 12:14-24)

Cultivar comunidad

por José Luis Lozano
En un encuentro realizado en Buenos Aires, Ricardo Barbosa de Sousa, presentó un muy hermoso libro cuyo titulo es “Cuida tu corazón[1]”, tomado de Proverbios 4:23...
Este libro hoy forma parte de “mis libros clásicos de la mesa de luz". La gentil recomendación de José Nuñez; sugiriéndome conseguirlo y leerlo, me llevan hoy a “imitar” su amable gesto.
En el capítulo 4, el autor habla sobre la necesidad de “redescubrir al Padre”, y debo confesar que en estos tiempos tan especiales en lo personal, he decidido retomar ese proceso.

La religión de Jesús

Harold Segura C.- Costa Rica

Jesús no fue un Maestro común y corriente que, como muchos, enseñara sin causar reacciones adversas por parte de sus oyentes. Jesús no fue así. Jesús dijo cosas que incomodaron a los religiosos de su tiempo, que enardecieron a los políticos y que causaron ira en sus demás enemigos. Su muerte en la cruz fue causada por quienes no soportaron más sus «irreverencias» y decidieron acallar su voz… ¡cómo si muriendo no hablara más claro y más fuerte!

Es entendible que desatara tanta furia cuando enseñaba en contra de las tradiciones religiosas y de los dogmas que los sacerdotes de su época habían acomodado para su propio bienestar. Eso se entiende. Lo incomprensible es que sus enemigos también reaccionarán cuando sanó a algunas personas. ¿Cómo se puede estar en contra de que un paralitico se levante o un ciego vea? Pero eso fue lo que sucedió.

Juan 9:1-42 narra la historia de un joven que era ciego y fue sanado por Jesús. Dice el evangelio que los religiosos de su época reaccionaron en contra de Jesús porque lo había sanado un sábado. ¡No puedo creer que gente tan experta en la ley del Antiguo Testamento respondieran de esa manera! Dijeron: «Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no respeta el sábado» (9:16). Para ellos era más importante respetar la institucionalidad religiosa que devolverle la vista a un ciego. Es decir, primero las normas, después el ser humano; la religón antes que la vida.

El texto del evangelio de Juan deja al descubierto lo absurda que puede llegar a ser una religión cuando olvida que el amor a Dios se expresa por medio del amor al prójimo. Para Jesús la vida plena estuvo siempre primero que las instituciones religiosas. Para él no había mejor manera de dar gloria al Padre que devolviéndole la vida a los que no la tenían (10:10). Que los cojos caminen, que los muertos resuciten, que los ciegos vean, que las viudas tengan consuelo, que los pecadores reciban perdón y que los niños y las niñas gocen de cariño; esta fue la religión de Jesús.

Iglesias, conductas autoritarias y golpes de estado

por José Luis Lozano
Primero eliminaremos a los subversivos; después a sus cómplices; luego a sus simpatizantes; por último, a los indiferentes y a los tibios.1
El domingo 28 de junio pasado... en Honduras, su presidente Manuel Zelaya, fue secuestrado y llevado violentamente por un grupo de militares a Costa Rica
y el embajador hondureño ante la OEA Carlos Sosa Coello, dijo claramente que el presidente de su país Manuel Zelaya “ha sido secuestrado” y que en su país “hay un golpe de Estado”.
Diferentes medios de comunicación se hicieron eco de la impactante noticia y fueron reflejando minuto a minuto todo lo que acontecía.
Se fueron conociendo declaraciones de presidentes de países vecinos, de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE) condenando todos severamente el Golpe de estado en Honduras y pidiendo la colaboración del mundo contra ésta crisis política.
LLamó poderosamente la atención, la rápidez, organización y uniformidad de las decisiones tomadas un día domingo, por el Congreso Nacional Hondureño, destituyendo a su presidente Manuel Zelaya (en su ausencia) y nombrando inmediatamente a Roberto Micheletti como nuevo presidente de la Nación.
En varias oportunidades, los congresistas invocaron el nombre de Dios, mencionaron el respaldo de 90 % de la población y de organizaciones civiles y religiosas, y oraron al finalizar la asamblea como símbolo de legitimación y respaldo a las acciones emprendidas.
En el contenido de las exposiciones de los congresistas, no existió ninguna apelación a la reflexión, ni al diálogo y mucho menos a la posibilidad de considerar la violenta metodología utilizada por los militares, secuestrando y sancando del país a una autoridad elegida democráticamente.
Lamentablemente, vuelven a reiterarse conductas autoritarias ya vividas por el pueblo hondureño y que no deberían desconocerse. Los antecedentes históricos hondureños, nos hablan de regímenes militares que se han mantenido 18 años en el gobierno entre 1956 y 1982 luego de derrocar a tres presidentes elegidos democráticamente.
Esta dolorosa realidad histórica hondureña, es solo un reflejo de nuestra historia latinoamericana, llena de paradojas políticas, sociales y también religiosas. Historia que nos “descubre” orando y legitimando a dirigentes y a modelos violentos, quebrando la voluntad popular democrática y ofreciendo aún “todo tipo de colaboración” hacia gobiernos autoritarios y guerras patrióticas.

“Que el Señor nos ayude a vivir con sabiduría”

1. María Seoane y Vicente Muleiro, El Dictador, La historia secreta y pública de Jorge Rafael Videla, Buenos Aires, Ed. Sudamericana, 2001, p.297

Honduras: tierra desgarrada golpe a golpe

por Adolfo Pérez Esquivel

El gobierno de facto en Honduras, busca justificar lo injustificable al detener y expulsar del país al Presidente Manuel Zelaya. Vuelvo a insistir en que, no podrían dar el golpe de Estado sin el consentimiento del Pentágono y la CIA, que actúan más allá del Presidente Barack Obama. Acabo de recibir noticias desde Honduras de periodistas y dirigentes sociales que han logrado ocultarse para evitar la represión y poder continuar informando sobre lo que ocurre en el país. Los dictadores han impuesto la censura a todos los medios y han secuestrado equipos y apresado a periodistas; continúan los allanamientos por fuerzas armadas, en viviendas y lugares considerados opositores violando los derechos humanos.
El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza no obtuvo los resultados esperados en su viaje a Tegucigalpa y han aplicado sanciones a Honduras.
Los dictadores no quisieron escuchar la voz de los presidentes que reclaman la restitución en el gobierno del presidente Manuel Zelaya; por el contrario, han endurecido su posición amenazando ponerlo preso si regresa al país. Han desatado una fuerte represión contra las marchas en apoyo al regreso del Presidente, provocando cientos de heridos y detenidos. El gobierno de facto es responsable por la vida y seguridad y de lo que pueda ocurrir al Presidente Zelaya y a la población.
Se agudiza la preocupación cuando vemos que el Presidente Obama, asumió posiciones débiles para defender la democracia en Honduras, mientras los mandatarios latinoamericanos en la OEA, pedían que se exprese en defensa de la democracia y contra el golpe militar.
Los hechos demuestran que una cosa es decir y otra hacer, negándose Obama a recibir al Presidente hondureño Manuel Zelaya
Es un hecho negativo y preocupante que pone en evidencia la complicidad del gobierno de los EE.UU. en el golpe de Estado, que debemos considerar una experiencia piloto de imponer nuevamente gobiernos antidemocráticos, lo cual provoca un grave y peligroso antecedente para todo el continente latinoamericano. Debemos recordar los intentos de golpes de Estado en Venezuela, Bolivia y Haití, como el conflicto de baja intensidad con el ataque de Colombia y EE.UU. contra Ecuador.
El interrogante que surge, es si Obama, estaba o no enterado del golpe militar en Honduras, país que tiene una larga y dolorosa historia de dominación norteamericana, basta recordar al “virrey” John Negroponte, embajador de los Estados Unidos en Honduras y su activo rol en demoler gobiernos y apoyar a la contrainsurgencia contra la Revolución Sandinista, en Nicaragua, El Salvador y Guatemala y en la preparación, financiamiento y penetración de los Contra y grupos paramilitares y policiales en la región, como la instalación de bases norteamericanas en territorio hondureño.
La herencia recibida por Obama del gobierno que le precedió es pesada y llena de dificultades, como las guerras en Irak y Afganistán, donde lo único que ha dejado la invasión a esos países es hambre, destrucción y muerte. Pérdidas cuantiosas, destrucción de la capacidad económica y cultural, y el saqueo de los recursos naturales y bienes de esos países son el resultado de la impunidad jurídica de las fuerzas armadas de EE.UU., responsables de crímenes de lesa humanidad.
El gobierno de Obama no pudo, hasta la fecha, avanzar en sus intenciones y promesas electorales de erradicar la práctica de la tortura y la degradación humana en las cárceles en Abu Graib, en Irak y en Guantánamo, Cuba y cerrarlas definitivamente.
Es evidente que no tiene capacidad de revertir las políticas implantadas por el gobierno de George Bush, y de otros gobiernos que le precedieron, ni la posibilidad de cerrar esas cárceles que son una ofensa a la humanidad.
Los escenarios han cambiado en el continente. Los gobiernos latinoamericanos en la OEA asumen su responsabilidad de fortalecer los procesos democráticos. Es necesario respaldar a los mandatarios que han decidido acompañar a Zelaya a Honduras y reclamar sus derechos.
Las Naciones Unidas y la comunidad internacional han repudiado el golpe de Estado en Honduras y reclamado el regreso de Zelaya. Es necesario que las organizaciones sociales, sindicatos, iglesias, movimientos estudiantiles e intelectuales, medios de comunicación y redes sociales e informativas, se sumen solidariamente para impedir la instauración en Honduras o en cualquier otro país de dictaduras militares.
Lo que ocurre hoy en Honduras nos afecta a todos y todas. Es necesario redoblar los esfuerzo y reclamar a organismos financieros como el BM- FMI-el BID y la Unión Europea, bloquear toda ayuda a la dictadura hondureña, hasta la reposición en su cargo del presidente Zelaya.
Los golpistas deben ser llevados ante la justicia, tanto civiles como militares, empresarios y religiosos que son cómplices y han avalado el golpe militar
El presidente Obama tiene aún muchas asignaturas pendientes con los pueblos. Sabemos de las dificultades que tiene para lograr cambios en la política de los EE.UU. Si no los asume con coraje y decisión, terminará actuando como aquellos a quienes ha criticado y han llevado a la grave situación que hoy vive ese país, y al daño provocado a otros pueblos en el mundo. En la situación hondureña se pondrá en evidencia si está dispuesto defender la democracia y a asumir los cambios prometidos o si todo fueron palabras vacías de contenido.
La iglesia católica debe pronunciarse con claridad y no con actitudes de doble sentido, como lo expresado en nombre de la Conferencia Episcopal Hondureña, por el Obispo Auxiliar y vocero de Tegucigalpa Mons. Pineda, que recomienda que Zelaya no viaje a Honduras y las evasivas sobre lo que se debe hacer frente al golpe de Estado. El doble discurso y la falta de coraje esta presente en la jerarquía eclesiástica.
Jesús siempre tuvo posiciones claras y concretas frente a las injusticias. Los obispos debieran aprender del Maestro.
La tierra atormentada de Honduras reclama la solidaridad de los pueblos de América Latina y el mundo. Es necesario resistir en la esperanza.
Buenos Aires, 5 de julio del 2009
http://www.alainet.org/active/31464

Soja, ecología y pobreza - Los gritos de la Tierra

por René Padilla


La soja se ha convertido en los últimos años en un pingüe negocio en la Argentina y otros países. Su producción y comercialización ilustran con claridad meridiana la manera en que el sistema económico actual funciona y sus efectos ecológicos y sociales a nivel global.

Entre la lógica del mercado y las leyes del jubileo

por Nicolás Panotto
¿Es ético utilizar la tierra para defender intereses particulares?

Lock-out, desabastecimiento, retenciones, pooles, han sido algunos de los nuevos términos que se han inmerso en el vocabulario de los argentinos y las argentinas en los últimos meses. El conflicto con el campo ha causado un fuerte impacto en el imaginario argentino (¡además de su bolsillo!) llevando a una polarización social que ciertamente homogeniza la visión sobre una problemática mucho más compleja de lo que ella pretende reflejar.
Aquí no queremos adentrarnos en un debate sobre las cuestionadas retenciones a la exportación, sobre el análisis de la estructura desigual del campo (pooles vs. pequeños productores), sobre el desenmascaramiento de las ganancias del campo en los últimos años o sobre el rol del sector agrario y ganadero del país a lo largo de la historia en relación a los grupos de poder de turno (sean imperios, empresas multinacionales o dictaduras políticas). Queremos plantearnos la siguiente pregunta: ¿es ético utilizar la tierra y sus frutos para la defensa de los intereses particulares de un grupo determinado de la sociedad en detrimento del resto de la comunidad?

Para ello reflexionemos brevemente en lo que muchos y muchas llaman las leyes del Jubileo que encontramos en Levítico 25. Este pasaje bíblico trata sobre una de las prácticas socio-económicas más importantes del pueblo de Israel que con el tiempo se transformó en un símbolo teológico central de la espiritualidad hebrea y que —inclusive— fue rescatada por Jesús de Nazaret para describir su misión (Lc 4.19). El «año del Jubileo» remite a la práctica de hacer descansar la tierra luego de seis años de trabajarla (vv.1-7), y se fundamenta en normas mucho más amplias en relación al uso de la tierra, también reflejadas en este texto: la tierra debe servir al abastecimiento de las necesidades básicas de la comunidad (v.7), no puede ser utilizada como medio de transacción y de acumulación (vv.23-28), tampoco debe utilizarse para explotar a los más pobres (vv.16-17) sino estar al servicio —sin restricciones e intereses agregados— de los más necesitados y de los extranjeros (vv. 35-38).

Todo esto surge de un principio teológico central: la tierra es de Dios, por lo cual no puede ser utilizada para intereses egoístas e injustos de individuos o grupos particulares de la comunidad. Por lo tanto, este pasaje nos permita reflexionar sobre varios temas relacionados con la ética: el cuidado del medio ambiente, el uso racional de la tierra para la satisfacción de las necesidades básicas de la comunidad, la distribución de los frutos de la producción para el cuidado de los más desfavorecidos, entre otros aspectos.

Como país, siendo parte del continente latinoamericano —uno de los principales centros de producción primaria (commodities) del mundo— estamos inmersos en una lucha de intereses que se da en un contexto global donde la problemática sobre la suba de precios de los alimentos básicos es un tema en boga. Frente a todo este panorama duele en el alma y en el cuerpo ver cuando la (i)lógica del mercado impera sobre el sentido común: camiones volcando miles de litros de leche en la ruta y tirando toneladas de verduras y frutas a la basura «por no haber un precio atrayente para el productor», la complicidad entre gobiernos, políticos, jueces y empresarios en la venta irrestricta de terrenos a empresas multinacionales que cultivan productos nocivos para la tierra, como la siembra indiscriminada de soja (en muchos casos expropiando violentamente a comunidades enteras su espacio vital), la especulación financiera sobre los precios, lo cual socava el bolsillo de los ciudadanos y las ciudadanas, todo esto dibujado en una disputa mediática de mentiras donde los afectados somos los espectadores.

¿Cómo respondemos como cristianos y cristianas a este conflicto? ¿De qué lado estamos? Recordemos que no hay sólo «dos lados» (Estado vs. Campo) y que no son precisamente sus actores las verdaderas «víctimas». En realidad, las víctimas de todo esto son los ciudadanos y las ciudadanas que luchan día a día por sobrevivir —en su mayoría, grandes comunidades de campesinos, de pequeños productores y de pobres que, lejos están de obtener más ganancias si se modifican las retenciones a las exportaciones—. Con ellos y ellas está Dios.

«Pongan en práctica mis estatutos y observen mis preceptos, y habitarán seguros en la tierra. La tierra dará su fruto, y comerán hasta saciarse, y allí vivirán seguros» (Lev 25.18).

Artículo Publicado en Revista Kairós, Nro.21, Fundación Kairós, Buenos Aires, 2008, pp.20-21

Las Prácticas Restaurativas en Jesús de Nazareth

  En los 4 evangelios, encontramos a Jesús restaurando personas y relaciones. Tanto sus acciones como sus enseñanzas nos muestran algunas cl...