por José Luis LozanoEn su libro Locos de Dios[1], Santiago Kovadloff señala que; “así se llamó a los profetas en el antiguo Israel, porque ellos, interpelaban a los poderosos sin contar con más autoridad y respaldo que su fe; su coraje y su elocuencia. Ellos aseguraban que Dios les imponía esa labor crítica, mediante el recuerdo de la deuda contraída por Israel con la Alianza; bastardeada por los corruptos que concentraban fuerza y riqueza en desmedro de los pobres”.
La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Neuquén; a cargo de Ricardo Riva, Miguel Nuñez y su equipo de mediadores, han ocupado en estos años, ese espacio cálido, de escucha y respeto al pueblo; como señala Rubén Capitanio[2]; la Defensoría de Neuquén ha sido “…el lugar donde las personas y los sectores sociales han recurrido para sentirse escuchados en sus reclamos, protegidos en sus derechos y educados en sus deberes”.El pueblo necesita que la ética y la política coincidan, para que la dignidad del hombre no se extravíe en la degradación. La dramática actualidad que guarda este desvelo profético es subrayada también hoy en día frente a la dura realidad que vivimos como pueblo argentino y neuquino.
En lo personal, debo agradecer a la Defensoría del Pueblo, representada por el Dr. Ricardo Riva. En estos años hemos compartido múltiples actividades educativas, formando operadores y mediadores socio-comunitarios en todo el territorio provincial y aún en otras provincias como Río Negro y Mendoza. Viajes compartidos y aprendizajes adquiridos que nos han forjado en el gran desafío de ayudar a resolver conflictos por métodos alternos que promueven un modelo de justicia restaurativa, fundada en el diálogo y el respeto por el ser humano. Nos han ayudado y apadrinado en la creación del Centro de Mediación Comunitario Neuquén Oeste, en donde diariamente se acompaña a los vecinos mediante el diálogo y el respeto a resolver situaciones conflictivas personales, familiares y vecinales.
Parafraseando a Kovadloff, podemos decir que hoy también estamos viviendo en un tiempo en el cual vuelven a ser necesarios los profetas; los defensores del pueblo; esos seres originales y potentes que trascienden, hacen temblar y llevan hacia la buena senda. Se necesitan voces limpias que puedan expresarse libremente, como las de Jesús, Nelson Mandela, Ghandi o Luther King. Voces que no temen contrariar, porque ven con claridad el camino moral y al final terminan por conseguir amplios consensos. “Los profetas; defensores del pueblo, con sus ejemplos del pasado, enseñan al presente el camino que debe labrarse para nuestro futuro”.
[1] Locos de Dios, libro de Santiago Kovadloff. Editorial Emecé, Grupo Planeta (Agosto, 2018).
[2] Leer reflexión de Rubén Capitanio en: https://fundacioncristiana.blogspot.com/2023/06/defensoria-del-pueblo.html#more
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1 comentario:
Hermosa reflexión. Nos queda agradecer la impronta y responsabilidad del Dr. Ricardo Riva. Ya nada será igual, de hecho, se metió la política en medio del concurso opacándolo y mostrando que el resultado estaba arreglado con antelación.
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