“Poco a poco, la creencia se ha contaminado, como el aire o el agua. Esta energía motriz, siempre resistente pero tratable, llega a faltar. Hoy en día...ya no basta manipular, transportar y refinar la creencia, se requiere analizar su composición, pues se desea producirla artificialmente”[1].
No pretendemos saber solo quienes fueron los primeros protestantes de la Patagonia Argentina, sino mas bien nos interesa conocer “como vivieron”. Cuales fueron sus creencias religiosas y sus prácticas sociales y políticas.
Se verá que las creencias protestantes que llegaron a la Patagonia, no se orientaron solamente hacia el logro de una evangelización a nivel religioso, sino que su concepción de evangelización fue más amplia, enfocándose en la tentativa de influenciar benéficamente en el modelo integral de toda la sociedad, vinculando las creencias con la vida cotidiana.
Se verá que las creencias protestantes que llegaron a la Patagonia, no se orientaron solamente hacia el logro de una evangelización a nivel religioso, sino que su concepción de evangelización fue más amplia, enfocándose en la tentativa de influenciar benéficamente en el modelo integral de toda la sociedad, vinculando las creencias con la vida cotidiana.
El protestantismo en la Patagonia Argentina, constituyó un “campo específico” desde donde se expandió un tipo de “imaginario” o “representación” social, surgido a partir de una experiencia de sociabilidad intensa, que contribuyó a la promoción de prácticas y valores vinculados a la libertad de conciencia, al respeto mutuo, a la lectura y reflexión de la Biblia, al estimulo del trabajo, a la separación de la iglesia y el Estado, pero también al compromiso comunitario.
En la biblioteca de la Universidad Nacional del Comahue, encontramos material de A. Canclini denominado “La Conquista Espiritual”. En el mismo, el autor describe algunos intentos frustrados de misiones religiosas protestantes a la Patagonia, enviadas por una entidad privada denominada “Junta Americana de Comisionados para Misioneros en el Extranjero”. Estas misiones, fueron realizadas entre los años 1833 y 1834, llegando hasta Tierra del Fuego. Además, se mencionan en el artículo otros intentos hacia 1841 en el Estrecho de Magallanes y el canal Beagle. El oficial Allen F. Gardiner, retirado de la marina británica, habiendo comprobado que no le era posible evangelizar a los indios araucanos, resolvió investigar las posibilidades que ofrecía el estrecho. Al regresar a Inglaterra, fundó la Patagonia Missionary Society, con un grupo de amigos. Formalmente eran anglicanos y parte del equipo era de otros grupos protestantes.
También se menciona en el artículo la gesta de los colonos galeses en el valle del río Chubut, marcando algunas características de su religiosidad, a las cuales nos referiremos. El proceso de poblamiento y el primer establecimiento de los 153 colonos galeses, pasajeros del “Mimosa” en el valle inferior del río Chubut, en el año 1865, es mencionado por Canclini y otros historiadores como el inicio de una colonización blanca, que produjo resultados positivos como misión exploratoria realizada por Lewis Jones y Love Jones-Parry, barón de Madryn.
Si bien, la empresa patagónica no era netamente religiosa, sino también económica y cultural, la mayor parte de los colonos eran disidentes y buscaban la libertad religiosa. Lewis Jones señala:
“Los primeros inmigrantes pertenecían a las distintas congregaciones religiosas conocidas en Gales; había entre ellos independientes, metodistas calvinistas wesleyanos, bautistas y anglicanos. Pero eso no ocasionaba divisiones, aparte de las que se debieran a las incompatibilidades personales”.
Nos preguntamos: ¿Qué rol jugaron sus creencias religiosas en la construcción y el desarrollo cultural de la sociedad? ¿Qué pautas de sociabilidad se fueron construyendo para sustituir al desierto?
Canclini señala que los bautistas construyeron tres capillas al lado sur del río que se usaban para los cultos y para escuelas nacionales”. Estas capillas que se encuentran hoy en día en Trelew, Rawson, Gaiman y Trevelín, eran espacios sencillos, utilizadas no solo como lugares para reuniones evangélicas sin identificación denominacional, sino también tenían usos educativos y comunitarios.
“Los pastores son dueños de sus chacras como cualquier otro colono y viven casi exclusivamente del producto de su propio trabajo en la chacra...”[2].
Al respecto señala: “Los pastores no tenían sueldo y vivían del producto de la tierra que ellos mismos cultivaban. La predicación era sencilla y muy bíblica. Había un gran énfasis en lo ético, por ejemplo luchando contra el alcoholismo, que era un problema traído de Europa donde prevalecía”.
Se menciona en este período la presencia de tres escuelas diurnas: una era costeada por el gobierno nacional y la enseñanza era en castellano, pero las otras eran sostenidas por donaciones voluntarias de los colonos, y en estas se enseñaba todo en galés.
“Fue notable la forma en que se organizaron creando municipalidades y tribunales, así como escuelas comenzadas por Richard G. Berwyn y todo otro tipo de instituciones sociales. Cultivaban especialmente el canto y aun hoy se celebran los eisteffod, una especie de juegos florales de música y poesía”.
Podemos observar, como las actividades seculares y cotidianas de los colonos se funden con sus creencias protestantes, sus predicaciones, con las cuestiones éticas de la vida, manifestando de esta manera una concepción integral de cristianismo.
Uno de los aspectos más interesantes en los comienzos, fue la tensión que existía ante la inminente aparición de los indios. La historia del encuentro tiene varias versiones y quizás las más románticas carezcan de fundamento histórico, pero Canclini señala que cuando se presentaron efectivamente los tehuelches, los colonos se reunieron en asamblea para debatir:
“¿Cómo trataremos a estos indios?”. No faltó quien insinuara la violencia, pero la decisión adoptada fue: “tratar a los indios como nos tratamos unos a otros y aun extenderles, como hacemos con los niños, la indulgencia que se debe a la ignorancia.”
Esta decisión no sólo fue de gran beneficio mutuo, sino que resulta aleccionadora.
Es destacable también de mencionar, las permanentes asambleas y debates que los colonos mantenían en todo asunto que necesitara de una decisión importante.
Uno de los principios básicos, sostenidos por los protestantes, es la libertad de conciencia y pensamiento, practicado en los cultos y en la forma del gobierno de la iglesia a través de asambleas. El paralelo puede observarse en el plano social, cuando ese sentido igualitario y participativo, se trasladó a la vida secular y comercial. Prácticas cristianas vividas en la iglesia, íntimamente vinculadas con las prácticas cotidianas seculares, expresadas en su vida social.
Para los colonos era de vital importancia la unión de personas y fuerzas para realizar y mantener la vida en comunidad. El reverendo Rhys, fue uno de los que animaron a la formación de la Cooperativa Mercantil del Chubut, y esta cooperativa fue en la región el sostén económico del productor durante cerca de cuarenta años.
El concepto cooperativo de la producción (canales de riego, plantaciones, molino, ferrocarril, transporte naval, etc.), fue la manera de sobrevivir y construir en estas regiones y manifiesta, no sólo el sentido de solidaridad entre los colonos, sino la exteriorización de sus principios protestantes y cristianos.
La concepción del cristianismo que tuvieron los primeros protestantes que llegaron a la Patagonia Argentina, fue amplia y totalmente identificada con las necesidades reales de su comunidad inmediata. Asambleas, cooperativas, capillas sencillas, unidad interdenominacional, un liderazgo que vivía de su propio trabajo, etc…¿Podremos nosotros recuperar algunas de estas prácticas? Creemos que si; otra iglesia es posible.
[2] Matthews, Abraham, Crónica de la Colonia Galesa de la Patagonia, Buenos Aires, Ed. Alfonsina, (1954). p. 95
2 comentarios:
Muy buena reseña. Aprendí mucho, gracias.
Morales Schmuker, Eric
Profesor en Historia (Universidad Nacional de La Pampa, 2010). Forma parte del Proyecto de Investigación “El proceso de construcción del campo religioso pampeano: consensos, tensiones y conflictos (1884-1955)”, dentro del Programa de Estudios en Historia Regional (Resolución Nº 082-09-CD) del Instituto de Estudios Socio Históricos, Facultad de Ciencias Humanas- UNLPam.
Es Becario CONICET. En la actualidad desarrolla su Doctorado en Historia en la Universidad de San Andres bajo la dirección del Dr. Roberto Di Stefano. Su tesis, titulada “La Patagonia Protestante. Minorías religiosas, estado y sociedad en los territorios nacionales del sur argentino, 1880-1960”, aborda el proceso de secularización y de configuración del campo religioso a partir del accionar de los grupos protestantes instalados en la Patagonia argentina.
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